Peticiones

Oración con Texto Bíblico



Mucho tiempo atrás, aunque todavía pueden existir personas que recurren al mismo método, había gente que tomaba la Biblia, abría sus páginas en un lugar al azar, desplazaban la vista o su dedo por el texto y, leían el pasaje en el que detenían la mirada o la mano y, a partir de ahí pretendían descubrir qué es lo que Dios les quiere decir o comunicar.

Esta manera de actuar se heredó de los hermanos separados y llegó a los católicos ordinarios por medio de grupos como los carismáticos. No es una mala práctica, pero sí es desaconsejable, porque no podemos pretender descubrir la voluntad de Dios para nosotros en un momento determinado, buscando al azar un texto que nos revele dicha voluntad.

Debemos tomar en cuenta que lo Dios quiere para nosotros como Padre nuestro, es nuestra felicidad, nuestro bien, nuestra salud, nuestra realización personal, nuestros anhelos; eso no lo podemos perder de vista. Dios nos ha puesto en el mundo para que alcancemos la felicidad y la realización personal, mediante nuestros esfuerzos, trabajos y empeños. Nuestra felicidad está en nuestras manos, pues para eso nos ha puesto Dios en este mundo.

No puedo buscar la voluntad de Dios para mí en textos bíblicos aislados, porque los autores de los textos han querido comunicar una enseñanza religiosa para la comunidad a la que escriben y la enseñanza religiosa se contiene, al menos, en las perícopas y no en los versículos.

Hay gente que usa la Biblia para sacar dichos, refranes o frases célebres, pero fuera de su contexto carecen de sentido; por ejemplo, Jesús dice: “la verdad los hará libres” (Juan 8, 32). El texto suena muy bonito y mucha gente lo usa como si fuera un refrán. Pero, antes de afirmar esto, Jesús ha dicho: “Si se mantienen en mi palabra, serán verdaderamente discípulos míos; conocerán la verdad y la verdad los hará libres”.

Jesús nos habla de fidelidad, a eso se refiere cuando afirma “si se mantienen en mi palabra”; además la fidelidad que impone o exige no es a cualquier persona, sino que la pide a sus discípulos, los que verdaderamente lo son. Si los discípulos de Jesús permanecen fieles a la palabra de Jesús, es decir, a su evangelio todo, a su predicación, a su enseñanza; entonces, esos discípulos conocerán la verdad, la descubrirán en sus vidas y, entonces, la verdad les llevará a la libertad. Pero, en otro texto del mismo Juan, Jesús nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14, 6), por lo tanto, la verdad que nos hacer libres es Jesús, porque Jesús es la Verdad.

En el mismo texto donde Jesús dice que la verdad nos hará libres, poco más adelante afirma: “Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.” (Juan 8, 36).

Por eso, cuando hacemos oración con un texto, lo mejor es leer una perícopa completa y con ella hacer nuestra oración.

Es importante elegir con tiempo nuestra perícopa o, incluso, leer un libro y seguir un orden. No vamos a intentar entender el texto y sacar conclusiones de fe o de actuación, porque para eso se necesita más preparación, pero sí podemos partir de un texto bíblico y dar gracias a Dios; pedir a Jesús que haga por nosotros lo que hizo con la gente de su tiempo; bendecir a Dios por sus maravillas, por su bondad, por su grandeza; alabar a Dios por lo que ha hecho en otras personas o en otros tiempos; podemos pedir fe, luz, esperanza, paciencia, lealtad, amor, caridad, justicia y muchas virtudes más.

Para orar con un texto bíblico podemos hacer lo siguiente:
1. Elige el texto bíblico con el que quieres trabajar, te sugerimos empezar con el evangelio de Lucas.
2. Selecciona la hora y el lugar en el que vas a orar.
3. Pon música suave y comienza tu lectura.
4. Lee varias veces el texto y pon atención a todo.
5. Puedes trabajar con los personajes, con las palabras, con las acciones, con los verbos, con las enseñanzas.
6. Una vez que puedes recordar el texto casi de memoria, piensa en lo que te dice.
7. ¿Qué te llamó la atención? ¿algunas palabras? ¿algunas acciones? ¿el modo en que se relaciona la gente? ¿las palabras de algún personaje?
8. ¿Qué te dice el texto de Dios? ¿de Jesús? ¿de la gente?
9. Piensa si hay algo en el texto que tú puedas vivir que tenga que ver con: amor, servicio, entrega, generosidad, caridad, justicia, solidaridad, respeto, donación, oración, fidelidad, adoración, alabanza, gratitud.
10. Usa una libreta para anotar lo más importante y en ella deja notas de tu diálogo con Dios.
11. Si todavía tienes dificultad para orar mentalmente o por un buen tiempo, puedes usar tu libreta para llevar control de tu oración.