Peticiones

La oración escrita



Cuando somos novatos en la oración, dedicarle tiempo a Dios se puede volver cansado y, en ocasiones, parece no tener sentido. No sabemos qué decir, ni qué hacer si queremos intentar orar durante 15, 20 o 30 minutos. El tiempo nos parece eterno; sabemos que estamos ante Dios, que le podemos abrir el corazón, que podemos dejar caer en sus brazos.

Por otro lado, entendemos que podemos recurrir al Padrenuestro o al Ave María; podemos usar el Rosario o pequeños libros que contengan oraciones, pero, al final de un tiempo más o menos largo, terminamos por sentir que no estamos orando o que no estamos entrando en diálogo o comunión con Dios.

¿Cómo superar este pequeño trance? La respuesta se sumamente fácil: podemos iniciarnos en la oración a través del uso de una pequeña libreta y un lápiz o bolígrafo.

El problema del ser humano moderno es su incapacidad para estar concentrado; hace muchas cosas a medias al mismo tiempo: mira la televisión, usa una tablet, atiende su Facebook en un smartphone y platica con algún amigo o amiga al mismo tiempo. Pero cuando quiere dedicar tiempo a algo tan concreto como es la oración no sabe qué hacer, ni tiene idea de qué cosas decirle a Dios.

Santa Teresa de Ávila decía que orar es hablar con Aquél que sabes te ama, de tal manera, que según su visión, orar sería tan natural como respirar o parpadear. Otra es nuestra visión de personas de la visión, el ruido y el multiformato.

La libreta y la pluma serían grandes aliados para nuestra oración. En ella iríamos escribiendo aquello que le queremos decir a Dios: nuestros sentimientos, nuestras necesidades, nuestros miedos, nuestros temores, aquello que nos gusta, lo que nos asusta, nuestras frustraciones. Podemos también darle gracias por la vida, los seres amados, la escuela, el trabajo, la pareja, los padres, los hijos, la salud, el bienestar; podemos alabarlo por cosas inesperadas, por la creación, la luz, el sol, la luna, las estrellas, el mar, las flores, los niños.

La ventaja de la oración en libreta es que es fácil seguir el ritmo de lo que estamos escribiendo; además, en momentos en que no sepamos qué decir, podemos recurrir a una de nuestras oraciones anteriores.

Te propongo algunos pequeños tips para hacer esta oración con una libreta.
1. Elige la hora en que vas a hacer oración.
2. Escoge el sitio en el que vas a estar delante del Señor.
3. Elige los temas que te gustaría tratar en tu oración: acción de gracias, alabanza, situación personal, problemas personales, presentar la situación de un ser amado, recordar un momento hermoso, pedir algo que necesites, agradecerle por alguien especial y amado.
4. Comienza escribiendo tus datos: Señor, soy yo… tu hijo, tu hija; Tú sabes mi nombre, conoces mi historia. Hoy he venido para…, porque…
5. Anota los sentimientos que quieras expresar: alegría, felicidad, entusiasmo, esperanza, miedo, tristeza, gozo, paz, angustia.
6. Arma tu oración cambiando de temas cada varios párrafos.
7. Tómate un tiempo para releer lo que escribiste, para ver si eso te da nuevo material para continuar con la oración.
8. Cierra tu oración con una acción de gracias, una pequeña alabanza, un canto que te guste y te sepas.
9. Usa el Padrenuestro al final, detén el ritmo en la parte de dicha oración que más te guste; puedes repetir esa frase varias veces: “Venga tu reino” “Haz, Señor, que venga a nosotros tu reino”, “Ven a reinar”, “Ven, Señor, rey del universo”. O frases similares.
10. Quédate un momento en silencio y retírate a la soledad antes de integrarte nuevamente a tus actividades ordinarias.